Disfruta de tus recompensas por ser fiel a tu marca
Ser fiel a una marca puede tener recompensas que hagan que dicha fidelidad merezca bastante más la pena. Esto lo saben bien las grandes marcas, que crean sus tarjetas de cliente o páginas como la de asturiana club en la que se pueden sumar los puntos de las compras. Cuanto más se compra la marca en cuestión, más premios se pueden ganar y se tienen opciones a otras ventajas como descuentos.
Para el cliente, las tarjetas y clubs de puntos tienen muchas ventajas siempre y cuando sean gratis y se utilicen con cabeza. Se trata de comprar solo aquello que haga falta realmente, y no realizar compras para poder sumar puntos para un regalo concreto. Si nos limitamos a comprar solo lo que necesitamos y cuando realmente hace falta, los regalos vendrán a mayores y siempre serán un plus muy atractivo.
Otro aspecto muy importante de formar parte del club de clientes de una marca son los descuentos. Sobre todo, los que se dan a cambio de nada. Es decir, aquellos que aparecen en la tarjeta o en la Web y que se pueden usar en la siguiente compra. Un ejemplo son los vales de toda la vida con una promoción. Hay que tener en cuenta que si se forma parte del club de una marca es porque realmente la consumimos, así que la próxima compra nos saldrá más económica.
Pero ¿se deben de tener tarjetas de todas las tiendas y apuntarse a todos los clubes? La respuesta es que todo depende de qué suponga dicha afiliación. Si se nos exigen compras mínimas o pagos por formar parte, hay que ser muy meticulosos y ver si realmente sale a cuenta el apuntarse. En el caso de que sean gratis, normalmente nos vendá bien tener las tarjetas incluso si no se compra mucho ya que siempre se puede aprovechar alguna promoción.
Hoy, la mayoría de las tarjetas y afiliaciones no obligan a tener un distintivo físico, sino que con dar el número del DNI o entrar en la Web con nuestra clave es más que suficiente. Eso nos ahorra mucho espacio en la cartera. Incluso muchos de estos clubes ofrecen tarjetas virtuales que sus clientes llevan en el teléfono y que solo tienen que mostrar al pasar por caja. El lector de la caja lee el código de barras y la compra queda registrada al momento.