La luz de mi mesa del despacho

8 mayo, 2019 0 Por fran

Hubo un tiempo, allá por el Mesozoico, en el que yo también fui becario, porque todos somos becarios alguna vez en nuestra vida, ¿no? Una de las cosas que más disfruté de mi beca fue mi mesa de trabajo: era algo inmenso, tenía un montón de espacio para ocupar. Y es que, como no tenía ni ordenador para trabajar (eso es otra historia), había todavía más espacio para poner papeles.

Después de aquella experiencia en la empresa pública, ninguna de mis mesas de trabajo se pareció lo más mínimo a aquello: además de ganarme mi derecho a tener ordenador, el espacio era mucho más reducido. Incluso, en ocasiones, tenía que compartir espacio con otros compañeros. Cuando unos años más tarde me establecí por mi cuenta y puse el despacho en mi casa, había aprendido tres o cuatro cosas sobre lo que debe tener una mesa de despacho.

Lo primero, la iluminación. Busqué ofertas flexos baratos para la mesa. Soy muy especial para las luces, y necesito que tenga un diseño que me satisfaga al 100%. Hay que tener en cuenta que vas a pasar muchas horas sentado ahí mirando para las tres o cuatro cosas que tengas encima de la mesa, así que se necesita que todo sea “amable” a la vista.

Y si no me crees, haz la prueba. Cómprate la lámpara más fea que veas y ponla sobre la mesa a ver qué tal trabajas. No se trata solo del tipo de iluminación que ofrezca, que también debe ser la justa. La que yo tengo actualmente, como digo, la encontré buscando ofertas flexos baratos, pero la busqué del tipo que se puede mover en todas direcciones porque, a veces, necesito cambiar de posición en el despacho y que la luz cambie conmigo.

Aunque casi nunca enciendo más luz que esa para trabajar, también tengo una lámpara de pie bastante chula y un foco en el techo pequeñito pero que cumple su función. Lo único en común con mi antigua mesa de becario es la gran superficie: necesito una mesa inmensa, aunque luego solo use un 50%, pero así me siento mejor, que es lo suyo si hay que pasar horas y horas trabajando.