Relojes y automovilismo, una asociación ganadora
Hublot, Rolex, Richard Mille y otras marcas relojeras se han introducido en el mundo de la velocidad para posicionar sus productos, vinculándolos a pilotos y vehículos ganadores. Son muchos los ejemplos que demuestran lo acertado de esta estrategia comercial. Así, la popularidad del Distribuidor oficial Relojes Tag Heuer Vigo se disparó en 2015 gracias a la asociación entre la firma suiza y la división automobilística Nismo. El resultado fue el TAG Heuer Carrera NISMO, cronógrafo que conmemoraba el retorno de Nissan a las 24 horas de Le Mans.
Un año antes que TAG Heuer, Hublot inició una colaboración con Ferrari para desarrollar el MP-05 LaFerrari, una edición limitada a cincuenta unidades que alcanzó un precio de 270 mil euros cada pieza. Este reloj rendía homenaje al modelo del Cavallino Rampante del mismo nombre y destacaba por equipar un movimiento tourbillón, un diseño en titanio y otras características únicas.
También inspirado en la marca italiana, el RM UP-01 Ferrari de Richard Mille representa otro acercamiento exitoso entre las industrias relojera y automovilística. Se trata del reloj mecánico más delgado jamás fabricado, con un grosor inferior a los dos milímetros. Su diseño carece de corona y sólo puede ponerse en hora con ayuda de instrumentos especializados.
Este sector también ha puesto el foco en otro gigante del automovilismo, Aston Martin. Recientemente, Girard-Perregaux desarrolló junto a la marca inglesa el modelo Laureato Absolute Chronograph Aston Martin F1. Una de sus particularidades es el material empleado en su diseño: carbono y titanio proveniente de los monoplazas de Fórmula Uno. Por 29 mil euros, los afortunados pueden llevar en la muñeca un pedacito de la categoría reina del motor.
Sin embargo, el reloj vinculado al mundo de las carreras más famoso es el Cosmograph Daytona. Fue desarrollado en 1963 por Rolex, leyendas como Paul Newman lo lucieron, y su nombre se inspiró en el célebre trazado de Daytona Beach, en Estados Unidos.